»Baja de tu sitio de honor, ciudad de Dibón, y siéntate en el suelo reseco, porque el destructor de Moab avanza contra ti y ha destruido tus fortificaciones.
Desciende de la gloria, siéntate en seco, moradora hija de Dibón; porque el destruidor de Moab subió contra ti, disipó tus fortalezas.
Desciende de la gloria, siéntate en tierra seca, moradora hija de Dibón; porque el destruidor de Moab subió contra ti, destruyó tus fortalezas.
Desciende de la gloria, siéntate en tierra seca, moradora hija de Dibón, porque el destructor de Moab ha subido contra ti, ha destruido tus fortalezas.
Desciende de la gloria, siéntate en seco, moradora hija de Dibón; porque el destruidor de Moab subió contra ti, disipó tus fortalezas.
Deciende de la gloria, sientate en seco moradora hija de Dibon: porque el destruydor de Moab subió contra ti, dissipó tus fortalezas.
»Baja de tu sitio de honor, ciudad de Dibón, y siéntate en el suelo reseco, porque el destructor de Moab avanza contra ti y ha destruido tus fortificaciones.
»Baja de tu sitio de honor, ciudad de Dibón, y siéntate en el suelo reseco, porque el destructor de Moab avanza contra ti y ha destruido tus fortificaciones.
Renuncia a tu esplendor, siéntate en tierra sedienta, población de Dibón; te ataca el devastador de Moab y va a derruir tus fortalezas.
Desciende de tu gloria, siéntate en tierra reseca, moradora hija de Dibón, porque el destructor de Moab ha subido contra ti, para destruir tus fortalezas.
Habitante de Dibón, baja de tu sitio de honor y siéntate en el suelo reseco, porque el destructor de Moab se levanta contra ti y destruye tus fortalezas.
Renuncia a tu esplendor, siéntate en tierra sedienta, población de Dibón; te ataca el devastador de Moab y va a derruir tus fortalezas.
Bajen de su gloria y siéntense en el polvo, pueblo de Dibón, porque quienes destruyen a Moab también a Dibón destrozarán y derribarán todas sus torres defensivas.
Desciende de tu gloria, Siéntate en tierra reseca, Moradora hija de Dibón, Porque el destructor de Moab ha subido contra ti, Para destruir tus fortalezas.
»Bájense de su gloria y siéntense en el polvo, gente de Dibón, porque los que destruyan a Moab también harán pedazos a Dibón. Ellos derribarán todas sus torres.
»Tú, que habitas en Dibón: desciende de tu lugar de honor y siéntate en el sequedal, porque el destructor de Moab te ataca y destruye tus fortificaciones.
Baja de tu gloria, y siéntate sedienta, oh hija que habitas en Dibón, porque sube contra ti el que estropea a Moab, el que destruye sus palacios amurallados.
“Desciende de la gloria; siéntate sobre tierra sedienta, oh moradora de Dibón; porque el destructor de Moab ha subido contra ti y ha destruido tus fortalezas.
»Tú, que habitas en Dibón, baja de tus gloriosas alturas y siéntate en la tierra seca, porque el destructor de Moab viene contra ti para destruir tus fortalezas.
Desciende de la gloria, siéntate en seco, moradora hija de Dibón; porque el destruidor de Moab subió contra ti, disipó tus fortalezas.
»Ustedes, los que viven en Dibón, ¡bajen ya de su alto trono y siéntense en el duro suelo! ¡El enemigo ha comenzado a destruir!, ¡y caerán las murallas de Moab!
»Ustedes, los que viven en Dibón, ¡bajen ya de su alto trono y siéntense en el duro suelo! ¡El enemigo ha comenzado a destruir!, ¡y caerán las murallas de Moab!
Nos conviene tomar en todo momento en cuenta el versículo Jeremías, 48:18 de La Sagrada Biblia para meditar acerca de él.Probablemente sería acertado cuestionarse ¿Qué pretendía manifestarnos el Señor con el versículo Jeremías, 48:18? ¿En qué ocasiones de nuestra vida diaria tenemos la oportunidad de recurrir a lo que hemos aprendido gracias al versículo Jeremías, 48:18 de Las Sagradas Escrituras?
Dedicar tiempo a la meditación sobre el versículo Jeremías, 48:18 nos es de gran ayuda a ser capaces de acercarnos más al mensaje de Nuestro Señor y a elevar nuestra alma hacia Dios, esa es la cuestión por la cual es conveniente servirse del versículo Jeremías, 48:18 en todas aquellas ocasiones en que necesitemos una luz que nos guíe para saber qué pasos dar o para traer la paz a nuestros corazones y almas.