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Levítico, 25:22

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Levítico, 25:22

así comerán del grano almacenado mientras siembran de nuevo en el año octavo, y aun hasta el año noveno podrán comer del grano almacenado, mientras llega la cosecha.


Y sembraréis el año octavo, y comeréis del fruto añejo; hasta el año noveno, hasta que venga su fruto comeréis del añejo.


Y sembraréis el año octavo, y comeréis del fruto añejo; hasta el año noveno, hasta que venga su fruto, comeréis del añejo.


En el octavo año sembraréis, y comeréis del fruto añejo; hasta el año noveno, hasta que venga su fruto, comeréis del añejo.


Y sembraréis el año octavo, y comeréis del fruto añejo; hasta el año noveno, hasta que venga su fruto comeréis del añejo.


Y sembrareys el año octauo, y come. reys del fruto añejo haſta el año noueno: haſta que venga ſu fruto comereys del añejo.


así comerán del grano almacenado mientras siembran de nuevo en el año octavo, y aun hasta el año noveno podrán comer del grano almacenado, mientras llega la cosecha.


así comerán del grano almacenado mientras siembran de nuevo en el año octavo, y aun hasta el año noveno podrán comer del grano almacenado, mientras llega la cosecha.


El año octavo sembrarán, pero seguirán comiendo de la cosecha anterior; así harán hasta el año noveno en que llegue el nuevo fruto.


Cuando estéis sembrando en el octavo año, todavía podréis comer cosas de la cosecha anterior, comiendo de ellas hasta el noveno año cuando venga la nueva cosecha.


Cuando vuelvan a sembrar en el octavo año, ustedes todavía estarán comiendo de la última cosecha, e incluso en el noveno año estarán comiendo todavía de la última cosecha hasta que llegue la cosecha n


El año octavo sembrarán, pero seguirán comiendo de la cosecha anterior; así harán hasta el año noveno en que llegue el nuevo fruto.


La respuesta es: Los bendeciré con cosechas extraordinarias el sexto año, lo que les permitirá vivir hasta que obtengan la cosecha del octavo año.


Cuando estén sembrando en el octavo año, todavía podrán comer cosas añejas de la cosecha, comiendo de lo añejo hasta el noveno año cuando venga la cosecha.


Cuando siembres tus campos en el octavo año, todavía estarás comiendo de la abundante cosecha del sexto año. De hecho, aún estarás comiendo de la abundante cosecha cuando recojas la nueva cosecha en e


Cuando ustedes siembren durante el octavo año, todavía estarán comiendo de la cosecha anterior, y continuarán comiendo de ella hasta la cosecha del año siguiente.


Sembrarán en el octavo año, pero seguirán comiendo de la cosecha añeja hasta el año noveno. Comerán de lo añejo hasta que llegue la cosecha.


Sembrarán en el octavo año, pero todavía comerán de la cosecha añeja. Hasta que llegue la cosecha del noveno año, seguirán comiendo de la cosecha añeja.


Así en el año octavo ustedes sembrarán, y mientras tanto comerán del fruto añejo hasta el año noveno, y tendrán comida hasta que puedan cosechar.


Y sembraréis el año octavo, y comeréis del fruto añejo; hasta el año noveno, hasta que venga su fruto comeréis del añejo.


Así, en el octavo año, mientras ustedes estén sembrando, podrán comer del grano que hayan almacenado. Y lo mismo sucederá en el noveno año, mientras llega el momento de recoger la nueva cosecha.


Así, en el octavo año, mientras ustedes estén sembrando, podrán comer del grano que hayan almacenado. Y lo mismo sucederá en el noveno año, mientras llega el momento de recoger la nueva cosecha.


Debemos tener continuamente presente el versículo Levítico, 25:22 de La Sagrada Biblia a fin de meditar en torno a él. ¿Qué intentaba manifestarnos el Señor con el versículo Levítico, 25:22? ¿Cuáles serán las coyunturas de nuestra vida diaria en que podemos recurrir a lo que hemos alcanzado a saber gracias al versículo Levítico, 25:22 de La Biblia?

Dedicar tiempo a la meditación sobre el versículo Levítico, 25:22 nos supone una ayuda a ser mejores cristianos y a elevar nuestra alma hacia Dios, esa es la cuestión por la cual es útil servirse del versículo Levítico, 25:22 cada vez que nos pueda servir de guía y así saber cómo proceder o para traer la tranquilidad a nuestros corazones.