12 (13) »Señor, escucha mi oración, ¡presta oído a mis lamentos!, ¡no te quedes callado ante mis lágrimas! Yo soy para ti un extranjero, un ave de paso, como mis antepasados.
Oye mi oración, oh Jehová, y escucha mi clamor: No calles á mis lágrimas; Porque peregrino soy para contigo, Y advenedizo, como todos mis padres.
Oye mi oración, oh Jehová, y escucha mi clamor. No calles ante mis lágrimas; Porque forastero soy para ti, Y advenedizo, como todos mis padres.
»Oye mi oración, Jehová, y escucha mi clamor. No calles ante mis lágrimas, porque forastero soy para ti y advenedizo, como todos mis padres.
Oye mi oración, oh SEÑOR, y escucha mi clamor; no calles ante mis lágrimas; porque peregrino soy contigo, y advenedizo, como todos mis padres.
Con castigos ſobre el peccado corriges àl hombre; y hazes desleyr, como de polilla, ſu grandeza; ciertamente vanidad es todo hombre. Selah.
Tú corriges al hombre castigando su maldad, y reduces a polvo lo que más ama. ¡Todo hombre es un suspiro!
12 (13) »Señor, escucha mi oración, ¡presta oído a mis lamentos!, ¡no te quedes callado ante mis lágrimas! Yo soy para ti un extranjero, un ave de paso, como mis antepasados.
Corriges a los seres humanos castigando sus culpas; como la polilla destruyes sus encantos, pues sólo es vanidad el ser humano. [Pausa]
Escucha mi oración, oh SEÑOR, y presta oído a mi clamor; no guardes silencio ante mis lágrimas; porque extranjero soy junto a ti, peregrino, como todos mis padres.
»SEÑOR, escucha mi oración. Escucha mis lamentos. No ignores mis lágrimas. Soy sólo un viajero que pasa por esta vida contigo. Como todos mis antepasados, soy sólo un habitante temporal de este mundo.
Señor, escucha mi oración, presta oído a mi grito; no seas sordo a mi llanto pues soy un huésped que habita contigo, un forastero como mis antepasados.
»¡Escucha mi plegaria, SEÑOR; escucha mi clamor! No te quedes indiferente a mis lágrimas, porque soy huésped tuyo, soy viajero que pasa por la tierra, como lo fueron todos mis antepasados.
¶»Escucha mi oración, oh SEÑOR, y presta oído a mi clamor; No guardes silencio ante mis lágrimas; Porque extranjero soy junto a Ti, Peregrino, como todos mis padres.
¡Oh SEÑOR, oye mi oración! ¡Escucha mis gritos de auxilio! No cierres los ojos ante mis lágrimas. Pues soy tu invitado, un viajero de paso, igual que mis antepasados.
»SEÑOR, escucha mi oración, atiende a mi clamor; no te desentiendas de mi llanto. Ante ti soy un extranjero, alguien que está de paso, como todos mis antepasados.
Escucha mi oración, oh YAVé, Y presta oído a mi clamor. No guardes silencio ante mis lágrimas, Porque soy un forastero ante Ti, Y un advenedizo como todos mis antepasados.
Escucha mi oración, oh SEÑOR; oye mi clamor y no calles ante mis lágrimas. Porque forastero soy para ti, un advenedizo, como todos mis padres.
Señor, ¡escucha mi oración! ¡Atiende a mi clamor! ¡No guardes silencio ante mis lágrimas! Ciertamente, para ti soy un extraño; soy un advenedizo, como mis antepasados
Oye mi oración, oh Jehová, y escucha mi clamor: No calles á mis lágrimas; Porque peregrino soy para contigo, Y advenedizo, como todos mis padres.
12 (13) »Dios mío, oye mi oración, escucha mi queja, no desatiendas mi llanto. Para ti soy un peregrino; estoy de paso por esta vida, como mis antepasados.
12 (13) »Dios mío, oye mi oración, escucha mi queja, no desatiendas mi llanto. Para ti soy un peregrino; estoy de paso por esta vida, como mis antepasados.
El versiculo Salmos, 39:12 de La Santa Biblia es algo que deberíamos tomar siempre en cuenta para hacer una reflexión acerca de él.Seguramente deberíamos hacernos la pregunta ¿Qué trataba de decirnos el Señor con el versículo Salmos, 39:12? ¿Cuáles son las ocasiones de nuestra vida diaria en que seremos capaces de aprovechar aquello que hemos aprendido gracias al versículo Salmos, 39:12 de la Santa Biblia?
Meditar sobre el versículo Salmos, 39:12 nos ayuda a ser mejores personas y a aproximarnos más a Dios, esa es la cuestión por la cual es oportuno servirse del versículo Salmos, 39:12 siempre que nos pueda servir de guía y así saber cómo actuar o para traer la paz a nuestros corazones.