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Salmos, 39:7

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Salmos, 39:7

7 (8) Y así, Señor, ¿qué puedo ya esperar? ¡Mi esperanza está en ti!


Y ahora, Señor, ¿qué esperaré? Mi esperanza en ti está.


Y ahora, Señor, ¿qué esperaré? Mi esperanza está en ti.


»Y ahora, Señor, ¿qué esperaré? Mi esperanza está en ti.


¶ Y ahora, Señor, ¿qué esperaré? Mi esperanza en ti está.


Ciertamente en tiniebla anda el hombre, ciertamente en vano ſe inquietan: allega, y no sabe quienlo cogerá.


¡Todo hombre pasa como una sombra! De nada le sirve amontonar riquezas, pues no sabe quién se quedará con ellas.


7 (8) Y así, Señor, ¿qué puedo ya esperar? ¡Mi esperanza está en ti!


una sombra fugaz que deambula, que en vano se angustia acumulando riquezas que no sabe para quién serán.


Y ahora, Señor, ¿qué espero? En ti está mi esperanza.


»Así que, Señor, ¿qué esperanza me queda? ¡Tú y sólo tú eres mi esperanza!


Dios mío, ¿qué puedo esperar yo? Solo tú eres mi esperanza.


Entonces, SEÑOR, mi única esperanza está en ti.


»Y ahora, Señor, ¿qué espero? En Ti está mi esperanza.


Entonces, Señor, ¿dónde pongo mi esperanza? Mi única esperanza está en ti.


»Y ahora, Señor, ¿qué esperanza me queda? ¡Mi esperanza he puesto en ti!


Y ahora, ʼADONAY, ¿qué espero? Mi esperanza está en Ti.


Ahora, oh Señor, ¿qué esperaré? Mi esperanza está en ti.


»Señor, ¿qué puedo esperar, si en ti he puesto mi esperanza?


Y ahora, Señor, ¿qué esperaré? Mi esperanza en ti está.


7 (8) »Siendo esto así, Dios mío, ¿qué es lo que puedo esperar? ¡En ti he puesto mi esperanza!


7 (8) »Siendo esto así, Dios mío, ¿qué es lo que puedo esperar? ¡En ti he puesto mi esperanza!


El versiculo Salmos, 39:7 de La Biblia es algo que es muy recomendable tener siempre presente a fin de reflexionar sobre él.Probablemente deberíamos hacernos la pregunta ¿Qué pretendía decirnos el Señor con el versículo Salmos, 39:7? ¿En qué coyunturas de nuestra vida diaria podemos recurrir a lo que hemos llegado a saber gracias al versículo Salmos, 39:7 de Las Sagradas Escrituras?

Reflexionar en torno a lo que se refiere el versículo Salmos, 39:7 es un gran aporte que nos permite a ser más agradables a los ojos de el Creador del Cielo y de la Tierra y a elevar nuestra alma hacia Dios, por esa razón es oportuno servirse del versículo Salmos, 39:7 en todas aquellas ocasiones en que necesitemos una luz que nos guíe y así saber qué pasos dar o para traer la tranquilidad a nuestras almas.