3 (4) ¡el corazón me ardía en el pecho! Pensando en ello, un fuego se encendió dentro de mí, y dije entonces con voz fuerte
Enardecióse mi corazón dentro de mí; Encendióse fuego en mi meditación, Y así proferí con mi lengua
Se enardeció mi corazón dentro de mí; En mi meditación se encendió fuego, Y así proferí con mi lengua
Se enardeció mi corazón dentro de mí; en mi meditación se encendió un fuego y así proferí con mi lengua
Se enardeció mi corazón dentro de mí; en mi meditación se encendió fuego; y hablé con mi lengua
Enmudeci con silencio, calléme de lo bueno: y mi dolor ſe alborotó.
Y me hacía el mudo: no decía nada. ¡Ni siquiera hablaba de lo bueno! Pero mi dolor iba en aumento
3 (4) ¡el corazón me ardía en el pecho! Pensando en ello, un fuego se encendió dentro de mí, y dije entonces con voz fuerte
Guardé un completo silencio, quedé totalmente callado, pero mi dolor crecía
Ardía mi corazón dentro de mí; mientras meditaba, se encendió el fuego; entonces dije con mi lengua
Estaba furioso, y entre más lo pensaba, más molesto estaba. Así que decidí hablar
ardía mi corazón dentro de mí; de tanta angustia me iba inflamando hasta que mi lengua rompió a hablar
Cuanto más meditaba, tanto más ardía ese fuego interno. Por fin hablé, y supliqué a Dios
Ardía mi corazón dentro de mí; Mientras meditaba, se encendió el fuego; Entonces dije con mi lengua
Cuanto más pensaba, más me enardecía, hasta que disparé un fuego de palabras
¡el corazón me ardía en el pecho! Al meditar en esto, el fuego se inflamó y tuve que decir
Mi corazón se enardeció. En mi meditación ardió el fuego. Entonces hablé con mi lengua
Mi corazón se enardeció dentro de mí; fuego se encendió en mi suspirar, y así hablé con mi lengua
En mi interior, mi corazón se enardeció; al pensar en esto, estalló mi enojo y no pude menos que decir
Enardecióse mi corazón dentro de mí; Encendióse fuego en mi meditación, Y así proferí con mi lengua
3 (4) ¡el corazón me ardía en el pecho! Mientras más pensaba en esto, más frustrado me sentía; al fin abrí la boca y dije
3 (4) ¡el corazón me ardía en el pecho! Mientras más pensaba en esto, más frustrado me sentía; al fin abrí la boca y dije
El versiculo Salmos, 39:3 de La Santa Biblia consiste en algo que es conveniente tener constantemente presente a fin de meditar en torno a él. Acaso deberíamos preguntarnos ¿Qué pretendía manifestarnos Nuestro Padre Todopoderoso con el versículo Salmos, 39:3? ¿En qué coyunturas de nuestro día a día seremos capaces de poner en práctica aquello que hemos aprendido gracias al versículo Salmos, 39:3 de Las Sagradas Escrituras?
El hecho de reflexionar en torno a lo que se refiere el versículo Salmos, 39:3 nos es de gran ayuda a ser mejores cristianos y a elevar nuestra alma hacia Dios, por esa cuestión es útil acudir al versículo Salmos, 39:3 en todas aquellas ocasiones en que necesitemos una luz que nos guíe para saber en qué forma acturar o para traer la serenidad a nuestros corazones.