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Ezequiel, 10:5

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Ezequiel, 10:5

El ruido que hacían las alas de los seres alados se oía hasta en el atrio exterior. Era como si el Dios todopoderoso estuviera hablando.


Y el estruendo de las alas de los querubines se oía hasta el atrio de afuera, como la voz del Dios Omnipotente cuando habla.


Y el estruendo de las alas de los querubines se oía hasta el atrio de afuera, como la voz del Dios Omnipotente cuando habla.


Y el estruendo de las alas de los querubines se oía hasta el atrio de afuera, como la voz del Dios omnipotente cuando habla.


Y el estruendo de las alas de los querubines se oía hasta el atrio de afuera, como la voz del Dios Omnipotente cuando habla.


Y el estruendo de las alas de los Cherubines ſe oyó haſta el patio de à fuera, como la boz del Dios Omnipotẽte quãdo habla.


El ruido que hacían las alas de los seres alados se oía hasta en el atrio exterior. Era como si el Dios todopoderoso estuviera hablando.


El ruido que hacían las alas de los seres alados se oía hasta en el atrio exterior. Era como si el Dios todopoderoso estuviera hablando.


El ruido del batir de alas de los querubines se oía en el atrio exterior; parecía el ruido de la voz del Todopoderoso.


El ruido de las alas de los querubines se oía hasta el atrio exterior, como la voz del Dios Todopoderoso cuando habla.


El sonido de las alas de los querubines se podía oír hasta el patio exterior, como una voz de trueno del Dios Todopoderoso.


El ruido del batir de alas de los querubines se oía en el atrio exterior; parecía el ruido de la voz del Todopoderoso.


Y el sonido de las alas de los querubines era como la voz del Dios Todopoderoso cuando habla, y podía oírse con claridad hasta en el atrio exterior.


El ruido de las alas de los querubines se oía hasta el atrio exterior, como la voz del Dios Todopoderoso cuando habla.


El sonido de las alas de los querubines sonaban como la voz del Dios Todopoderoso y podía oírse hasta en el atrio exterior.


El ruido de las alas de los querubines llegaba hasta el atrio exterior, y era semejante a la voz del Dios Todopoderoso.


Además el sonido de las alas de los querubines se oía hasta el patio externo, como la voz de ʼEL-SHADDAY cuando habla.


El ruido de las alas de los querubines se escuchaba hasta el atrio exterior, como la voz del Dios Todopoderoso cuando habla.


El estruendo de las alas de los querubines se oía hasta el atrio exterior, y era semejante a la voz del Dios omnipotente.


Y el estruendo de las alas de los querubines se oía hasta el atrio de afuera, como la voz del Dios Omnipotente cuando habla.


En ese momento Dios le ordenó al escritor: «Métete entre las ruedas que están debajo de los cuatro seres, toma un puñado de los carbones encendidos que hay allí, y espárcelos por toda la ciudad». Aque


En ese momento Dios le ordenó al escritor: «Métete entre las ruedas que están debajo de los cuatro seres, toma un puñado de los carbones encendidos que hay allí, y espárcelos por toda la ciudad». Aque


El versiculo Ezequiel, 10:5 de La Sagrada Biblia es algo que hay que tener en todo momento presente de manera que podamos analizarlo y pensar en torno a él. Acaso deberíamos hacernos la pregunta ¿Qué pretendía manifestarnos el Señor con el versículo Ezequiel, 10:5? ¿En qué momentos de nuestro día a día podemos aplicar lo que hemos alcanzado a saber gracias al versículo Ezequiel, 10:5 de La Biblia?

Dedicar tiempo a la meditación en relación con el versículo Ezequiel, 10:5 es un gran aporte que nos permite a ser mejores personas y a avanzar en nuestro camino hacia la Gracia de Dios, esa es la cuestión por la cual es conveniente acudir al versículo Ezequiel, 10:5 todas y cada una de las veces que necesitemos palabras que nos inspiren y guíen y así saber en qué forma acturar o para traer la serenidad a nuestros corazones y almas.