Jesús lo tocó con la mano, y dijo: —Quiero. ¡Queda limpio! Al momento, el leproso quedó limpio de su enfermedad.
Y extendiendo Jesús su mano, le tocó, diciendo: Quiero; sé limpio. Y luego su lepra fué limpiada.
Jesús extendió la mano y le tocó, diciendo: Quiero; sé limpio. Y al instante su lepra desapareció.
Jesús extendió la mano y lo tocó, diciendo: —Quiero, sé limpio. Y al instante su lepra desapareció.
Y extendiendo Jesús su mano, le tocó, diciendo: Quiero; sé limpio. Y luego su lepra fue limpiada.
Y estendiendo Iesus ſu mano, tocólo diziendo, Quiero: ſe limpio. Y luego ſu lepra fue limpiada.
Jesús lo tocó con la mano, y dijo: —Quiero. ¡Queda limpio! Al momento, el leproso quedó limpio de su enfermedad.
Jesús lo tocó con la mano, y dijo: —Quiero. ¡Queda limpio! Al momento, el leproso quedó limpio de su enfermedad.
Jesús extendió la mano y lo tocó, diciendo: — Quiero. Queda limpio. Y al instante el leproso quedó limpio.
Y extendiendo Jesús la mano, lo tocó, diciendo: Quiero; sé limpio. Y al instante quedó limpio de su lepra.
Jesús extendió la mano, lo tocó y dijo: —Sí quiero. ¡Sana ya! En ese mismo instante se le quitó la lepra.
Jesús extendió la mano y lo tocó, diciendo: —Quiero. Queda limpio. Y al instante el leproso quedó limpio.
Jesús, extendiendo la mano, lo tocó y le dijo: ―Quiero. ¡Ya estás curado! E instantáneamente la lepra desapareció.
Extendiendo Jesús la mano, lo tocó, diciendo: «Quiero; sé limpio». Y al instante quedó limpio de su lepra.
Jesús extendió la mano y lo tocó. —Sí quiero —dijo—. ¡Queda sano! Al instante, la lepra desapareció.
Jesús extendió la mano y tocó al hombre. —Sí quiero —le dijo—. ¡Queda limpio! Y al instante quedó sano de la lepra.
Extendió la mano, lo tocó y dijo: Quiero, sé limpiado. Y al instante su lepra fue limpiada.
Jesús extendió la mano y lo tocó diciendo: —Quiero. ¡Sé limpio! Y al instante quedó limpio de la lepra.
Jesús extendió la mano, lo tocó y le dijo: «Quiero. Ya has quedado limpio.» Y al instante su lepra desapareció.
Y extendiendo Jesús su mano, le tocó, diciendo: Quiero; sé limpio. Y luego su lepra fué limpiada.
Jesús puso la mano sobre él y le contestó: —¡Quiero hacerlo! ¡Ya estás sano! Y el hombre quedó sano de inmediato.
Jesús puso la mano sobre él y le contestó: —¡Quiero hacerlo! ¡Ya estás sano! Y el hombre quedó sano de inmediato.
El versiculo San Mateo, 8:3 de La Santa Biblia consiste en algo que debemos tomar constantemente en cuenta con el objetivo de reflexionar sobre él. ¿Qué pretendía manifestarnos Nuestro Padre que está en los Cielos con el versículo San Mateo, 8:3? ¿Cuáles son las ocasiones de nuestra vida cotidiana en que seremos capaces de aplicar lo que hemos aprendido gracias al versículo San Mateo, 8:3 de la Santa Biblia?
El hecho de reflexionar acerca de el versículo San Mateo, 8:3 es un gran aporte que nos permite a ser mejores personas y a avanzar en nuestro camino hacia la Gracia de Dios, por esa razón es útil acudir al versículo San Mateo, 8:3 en todas aquellas ocasiones en que necesitemos palabras que nos inspiren y guíen y así saber cómo actuar o para traer la paz a nuestros corazones.