y los demonios le rogaron a Jesús: —Si nos expulsas, déjanos entrar en esos cerdos.
Y los demonios le rogaron, diciendo: Si nos echas, permítenos ir á aquel hato de puercos.
Y los demonios le rogaron diciendo: Si nos echas fuera, permítenos ir a aquel hato de cerdos.
Y los demonios le rogaron diciendo: —Si nos echas fuera, permítenos ir a aquel hato de cerdos.
Y los demonios le rogaron, diciendo: Si nos echas, permítenos ir a aquel hato de puercos.
Y los demonios le rogaron diziendo, Si nos echas, permittenos que vamos en aquel hato de puercos.
y los demonios le rogaron a Jesús: —Si nos expulsas, déjanos entrar en esos cerdos.
y los demonios le rogaron a Jesús: —Si nos expulsas, déjanos entrar en esos cerdos.
Y los demonios le suplicaron a Jesús: — Si nos echas afuera, envíanos a esa piara de cerdos.
y los demonios le rogaban, diciendo: Si vas a echarnos fuera, mándanos a la piara de cerdos.
Entonces los demonios le rogaron a Jesús: —Si vas a expulsarnos de estos hombres, mándanos a entrar en esos cerdos.
Y los demonios le suplicaron a Jesús: —Si nos echas afuera, envíanos a esa piara de cerdos.
y los demonios le suplicaron a Jesús: ―Si nos vas a echar fuera, déjanos entrar en aquel hato de cerdos.
y los demonios le rogaban: «Si vas a echarnos fuera, mándanos a la manada de cerdos».
Entonces los demonios suplicaron: —Si nos echas afuera, envíanos a esa manada de cerdos.
Los demonios le rogaron a Jesús: —Si nos expulsas, mándanos a la manada de cerdos.
Los demonios le rogaban: Si nos echas, envíanos a la piara de los cerdos.
y los demonios le rogaron diciendo: —Si nos echas fuera, envíanos a aquel hato de cerdos.
Y los demonios le rogaron: «Si nos expulsas, permítenos ir a aquel hato de cerdos.»
Y los demonios le rogaron, diciendo: Si nos echas, permítenos ir á aquel hato de puercos.
los demonios le suplicaron a Jesús: —Si nos sacas de estos hombres, déjanos entrar en esos cerdos.
los demonios le suplicaron a Jesús: —Si nos sacas de estos hombres, déjanos entrar en esos cerdos.
Es conveniente tener siempre presente el versículo San Mateo, 8:31 de La Santa Biblia con el objetivo de meditar sobre él.Seguramente sería bueno preguntarse ¿Qué pretendía proponernos Dios con el versículo San Mateo, 8:31? ¿Cuáles son las ocasiones de nuestra vida cotidiana en que podemos recurrir a lo que hemos llegado a saber gracias al versículo San Mateo, 8:31 de La Sagrada Biblia?
Meditar sobre el versículo San Mateo, 8:31 nos es de gran ayuda a ser mejores personas y a elevar nuestra alma hacia Dios, por ese motivo es aconsejable recurrir al versículo San Mateo, 8:31 todas y cada una de las veces que pueda servirnos de guía para saber qué pasos dar o para traer el sosiego a nuestro espíritu.