Jesús le preguntó: —¿Cómo te llamas? Él contestó: —Me llamo Legión, porque somos muchos.
Y le preguntó: ¿Cómo te llamas? Y respondió diciendo: Legión me llamo; porque somos muchos.
Y le preguntó: ¿Cómo te llamas? Y respondió diciendo: Legión me llamo; porque somos muchos.
Jesús le preguntó: —¿Cómo te llamas? Y respondió diciendo: —Legión me llamo, porque somos muchos.
Y le preguntó: ¿Cómo te llamas? Y respondió diciendo: Legión me llamo; porque somos muchos.
Y preguntóle, Como te llamas? Y respondió diziẽdo, Legion me llamo: porque somos muchos.
Jesús le preguntó: —¿Cómo te llamas? Él contestó: —Me llamo Legión, porque somos muchos.
Jesús le preguntó: —¿Cómo te llamas? Él contestó: —Me llamo Legión, porque somos muchos.
Jesús le preguntó: — ¿Cómo te llamas? Él contestó: — Me llamo “Legión”, porque somos muchos.
Y le preguntó: ¿Cómo te llamas? Y él le dijo*: Me llamo Legión, porque somos muchos.
Después Jesús le preguntó: —¿Cuál es tu nombre? Él contestó: —Mi nombre es Legión porque somos muchos.
Jesús le preguntó: —¿Cómo te llamas? Él contestó: —Me llamo «Legión», porque somos muchos.
―¡Sal de este hombre, espíritu inmundo! —le ordenó Jesús; y luego le preguntó: ―¿Cómo te llamas? El demonio le respondió: ―Legión, porque somos muchos.
«¿Cómo te llamas?», le preguntó Jesús. «Me llamo Legión», respondió*, «porque somos muchos».
Entonces Jesús le preguntó: —¿Cómo te llamas? Y él contestó: —Me llamo Legión, porque somos muchos los que estamos dentro de este hombre.
—¿Cómo te llamas? —le preguntó Jesús. —Me llamo Legión —respondió—, porque somos muchos.
Y le preguntó: ¿Cómo te llamas? Le respondió: Me llamo Legión, porque somos muchos.
Y le preguntó: —¿Cómo te llamas? Y le dijo: —Me llamo Legión, porque somos muchos.
Jesús le preguntó: «¿Cómo te llamas?», y él respondió: «Me llamo Legión, porque somos muchos.»
Y le preguntó: ¿Cómo te llamas? Y respondió diciendo: Legión me llamo; porque somos muchos.
Jesús le preguntó: —¿Cómo te llamas? Él respondió: —Me llamo Ejército, porque somos muchos los malos espíritus que estamos dentro de este hombre.
Jesús le preguntó: —¿Cómo te llamas? Él respondió: —Me llamo Ejército, porque somos muchos los malos espíritus que estamos dentro de este hombre.
Deberíamos tener siempre presente el versículo San Marcos, 5:9 de La Sagrada Biblia de tal forma que podamos hacer una reflexión en torno a él.Tal vez deberíamos hacernos la pregunta ¿Qué quiso manifestarnos el Señor con el versículo San Marcos, 5:9? ¿Cuáles son las ocasiones de nuestra vida diaria en que podemos aprovechar aquello que hemos llegado a saber gracias al versículo San Marcos, 5:9 de la Santa Biblia?
Dedicar tiempo a la meditación en torno a lo que se refiere el versículo San Marcos, 5:9 es un gran aporte que nos permite a ser mejores cristianos y a aproximarnos más a Dios, por esa cuestión es útil recurrir al versículo San Marcos, 5:9 todas las veces que pueda servirnos de guía para saber cómo actuar o para traer paz a nuestros corazones y almas.