Ustedes son testigos, y Dios también, de que nos hemos portado de una manera santa, recta e irreprochable con ustedes los creyentes.
Vosotros sois testigos, y Dios, de cuán santa y justa é irreprensiblemente nos condujimos con vosotros que creísteis
Vosotros sois testigos, y Dios también, de cuán santa, justa e irreprensiblemente nos comportamos con vosotros los creyentes
Vosotros sois testigos, y Dios también, de cuán santa, justa e irreprochablemente nos comportamos con vosotros los creyentes.
Vosotros sois testigos, y Dios, de cuán santa y justa e irreprensiblemente nos condujimos con vosotros que creisteis
Vosotros soys teſtigos, y Dios, de quã sanctos, y juſtos, y irreprehẽsibles hos fuemos à los que creystes.
Ustedes son testigos, y Dios también, de que nos hemos portado de una manera santa, recta e irreprochable con ustedes los creyentes.
Ustedes son testigos, y Dios también, de que nos hemos portado de una manera santa, recta e irreprochable con ustedes los creyentes.
Testigos son, y lo es Dios también, de lo noble, honrado e irreprochable que fue nuestro proceder para con ustedes, los creyentes.
Vosotros sois testigos, y también Dios, de cuán santa, justa e irreprensiblemente nos comportamos con vosotros los creyentes
Ustedes y Dios son testigos de que cuando estuvimos con ustedes, los creyentes, nos comportamos de una manera santa, justa y honesta.
Testigos son, y lo es Dios también, de lo noble, honrado e irreprochable que fue nuestro proceder para con ustedes, los creyentes.
Dios y ustedes saben que esto es cierto. Nos portamos con ustedes los creyentes, de manera santa y justa, y por eso nadie puede reprocharnos nada.
Ustedes son testigos, y también Dios, de cuán santa, justa e irreprensiblemente nos comportamos con ustedes los creyentes.
Ustedes mismos son nuestros testigos —al igual que Dios— de que fuimos consagrados, sinceros e intachables con todos ustedes, los creyentes.
Ustedes son testigos, y también Dios, de que nos comportamos con ustedes los creyentes en una forma santa, justa e irreprochable.
Ustedes y Dios son testigos de nuestra conducta santa, justa e intachable con ustedes los que creen.
Ustedes son testigos, y Dios también, de cuán santa, justa e irreprensiblemente actuamos entre ustedes los creyentes.
Ustedes son testigos, y Dios también, de que nos hemos comportado con ustedes los creyentes de manera santa, justa e intachable.
Vosotros sois testigos, y Dios, de cuán santa y justa é irreprensiblemente nos condujimos con vosotros que creísteis
Ustedes confían en Dios, y nosotros nos hemos portado bien y correctamente con ustedes. Dios sabe que eso es cierto, y ustedes también. Nadie puede acusarnos de nada.
Ustedes confían en Dios, y nosotros nos hemos portado bien y correctamente con ustedes. Dios sabe que eso es cierto, y ustedes también. Nadie puede acusarnos de nada.
El versiculo 1 Tesalonicenses, 2:10 de La Biblia consiste en algo que deberíamos tener continuamente presente de tal forma que podamos analizarlo y pensar sobre él.Tal vez deberíamos preguntarnos ¿Qué pretendía manifestarnos Dios Nuestro Señor con el versículo 1 Tesalonicenses, 2:10? ¿Cuáles son las ocasiones de nuestra vida cotidiana en que seremos capaces de aplicar lo que hemos llegado a saber gracias al versículo 1 Tesalonicenses, 2:10 de La Sagrada Biblia?
Dedicar tiempo a la meditación sobre el versículo 1 Tesalonicenses, 2:10 nos ayuda a ser mejores cristianos y a elevar nuestra alma hacia Dios, ese es el motivo por el cual es conveniente recurrir al versículo 1 Tesalonicenses, 2:10 siempre que pueda servirnos de guía de modo que podamos saber qué pasos dar o para traer la paz a nuestras almas.