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1 Tesalonicenses, 2:4

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1 Tesalonicenses, 2:4

Al contrario, Dios nos aprobó y nos encargó el evangelio, y así es como hablamos. No tratamos de agradar a la gente, sino a Dios, que examina nuestros corazones.


Sino según fuimos aprobados de Dios para que se nos encargase el evangelio, así hablamos; no como los que agradan á los hombres, sino á Dios, el cual prueba nuestros corazones.


sino que según fuimos aprobados por Dios para que se nos confiase el evangelio, así hablamos; no como para agradar a los hombres, sino a Dios, que prueba nuestros corazones.


Al contrario, si hablamos es porque Dios nos aprobó y nos confió el evangelio. No procuramos agradar a los hombres, sino a Dios, que prueba nuestros corazones


sino por haber sido aprobados de Dios para que se nos encargara el Evangelio, así hablamos; no como los que agradan a los hombres, sino a Dios, el cual prueba nuestros corazones.


Sino por auer sido aprouados de Dios para que ſe nos encargaſſe el Euãgelio; anſi hablamos, no como losque agradan à los hombres, ſino à Dios, el qual prueua nuestros coraçones.


Al contrario, Dios nos aprobó y nos encargó el evangelio, y así es como hablamos. No tratamos de agradar a la gente, sino a Dios, que examina nuestros corazones.


Al contrario, Dios nos aprobó y nos encargó el evangelio, y así es como hablamos. No tratamos de agradar a la gente, sino a Dios, que examina nuestros corazones.


si hablamos, es porque Dios nos ha juzgado dignos de confiarnos su buena noticia. Y no tratamos de complacer a la gente, sino a Dios, que examina lo más profundo de nuestro ser.


sino que así como hemos sido aprobados por Dios para que se nos confiara el evangelio, así hablamos, no como agradando a los hombres, sino a Dios que examina nuestros corazones.


Al contrario, hablamos como quienes han sido aprobados por Dios con la misión de dar a conocer las buenas noticias. No estamos tratando de agradar a ningún ser humano, sólo buscamos agradar a Dios, qu


si hablamos, es porque Dios nos ha juzgado dignos de confiarnos el evangelio. Y no tratamos de complacer a la gente, sino a Dios, que examina lo más profundo de nuestro ser.


Al contrario, hablamos porque Dios nos aprobó y confió en nosotros para anunciar el evangelio. Nosotros no tratamos de agradar a la gente sino a Dios, que es el que conoce nuestro corazón.


sino que así como hemos sido aprobados por Dios para que se nos confiara el evangelio, así hablamos, no como agradando a los hombres, sino a Dios que examina nuestros corazones.


Pues hablamos como mensajeros aprobados por Dios, a quienes se les confió la Buena Noticia. Nuestro propósito es agradar a Dios, no a las personas. Solamente él examina las intenciones de nuestro cora


Al contrario, hablamos como hombres a quienes Dios aprobó y les confió el evangelio: no tratamos de agradar a la gente, sino a Dios que examina nuestro corazón.


sino por la aprobación de Dios, Quien nos confió las Buenas Noticias. Así hablamos, no como los que agradan a los hombres, sino a Dios, Quien prueba nuestros corazones.


Más bien, según fuimos aprobados por Dios para ser encomendados con el evangelio, así hablamos; no como quienes buscan agradar a los hombres sino a Dios quien examina nuestro corazón.


sino que hablamos porque Dios nos aprobó y nos confió el evangelio. No buscamos agradar a los hombres, sino a Dios, que es quien examina nuestro corazón.


Sino según fuimos aprobados de Dios para que se nos encargase el evangelio, así hablamos; no como los que agradan á los hombres, sino á Dios, el cual prueba nuestros corazones.


Al contrario, Dios nos aprobó y nos encargó anunciar la buena noticia, y eso es lo que hacemos. No tratamos de agradar a nadie, sino solo a Dios, pues él examina todo lo que sentimos y pensamos.


Al contrario, Dios nos aprobó y nos encargó anunciar la buena noticia, y eso es lo que hacemos. No tratamos de agradar a nadie, sino solo a Dios, pues él examina todo lo que sentimos y pensamos.


Deberíamos tener siempre presente el versículo 1 Tesalonicenses, 2:4 de La Santa Biblia con el objetivo de hacer una reflexión sobre él. ¿Qué quiso proponernos el Señor con el versículo 1 Tesalonicenses, 2:4? ¿En qué coyunturas de nuestro día a día seremos capaces de aprovechar aquello que hemos llegado a saber gracias al versículo 1 Tesalonicenses, 2:4 de La Biblia?

Hacer un análisis profundo en relación con el versículo 1 Tesalonicenses, 2:4 nos ayuda a ser más agradables a los ojos de el Creador del Cielo y de la Tierra y a elevar nuestra alma hacia Dios, esa es la cuestión por la cual es oportuno recurrir al versículo 1 Tesalonicenses, 2:4 todas y cada una de las veces que nos pueda servir de guía y así saber qué pasos dar o para traer el sosiego a nuestro espíritu.