Porque no estábamos equivocados en lo que predicábamos, ni tampoco hablábamos con malas intenciones ni con el propósito de engañar a nadie.
Porque nuestra exhortación no fué de error, ni de inmundicia, ni por engaño
Porque nuestra exhortación no procedió de error ni de impureza, ni fue por engaño
Nuestra exhortación no procedió de error ni de impureza, ni fue por engaño.
Porque nuestra exhortación no fue de error, ni de inmundicia, ni por engaño
Porque nueſtra exhortacion no fue de error, ni de immundicia, ni por engaño
Porque no estábamos equivocados en lo que predicábamos, ni tampoco hablábamos con malas intenciones ni con el propósito de engañar a nadie.
Porque no estábamos equivocados en lo que predicábamos, ni tampoco hablábamos con malas intenciones ni con el propósito de engañar a nadie.
Nuestra exhortación, en efecto, nunca se ha basado en el engaño, en turbios motivos o en el fraude
Pues nuestra exhortación no procede de error ni de impureza ni es con engaño
No estábamos equivocados en lo que hablamos. Tampoco hablamos con malas intenciones ni buscando engañar a nadie.
Nuestra exhortación, en efecto, nunca se ha basado en el engaño, en turbios motivos o en el fraude
Cuando lo anunciamos, no fue por error ni teníamos malas intenciones ni queríamos engañar a nadie.
Pues nuestra exhortación no procede de error ni de impureza ni es con engaño
Como ven, no predicamos con engaño ni con intenciones impuras o artimañas.
Nuestra exhortación no se origina en el error ni en malas intenciones; tampoco procura engañar a nadie.
Así que nuestra exhortación no fue errada, impura o engañosa
Pues nuestra exhortación no procedía de error ni de motivos impuros ni fue con engaño.
Porque nuestra exhortación no se basa en el error ni en malas intenciones, ni tampoco tratamos de engañar a nadie
Porque nuestra exhortación no fué de error, ni de inmundicia, ni por engaño
Y cuando la anunciamos, dijimos siempre la verdad: nuestras intenciones eran buenas y no tratamos de engañar a nadie.
Y cuando la anunciamos, dijimos siempre la verdad: nuestras intenciones eran buenas y no tratamos de engañar a nadie.
El versiculo 1 Tesalonicenses, 2:3 de La Biblia consiste en algo que es aconsejable tomar constantemente en cuenta con el propósito de reflexionar acerca de él.Probablemente sería adecuado preguntarse ¿Qué quiso manifestarnos Nuestro Padre que está en los Cielos con el versículo 1 Tesalonicenses, 2:3? ¿En qué momentos de nuestro día a día tenemos la oportunidad de recurrir a lo que hemos aprendido gracias al versículo 1 Tesalonicenses, 2:3 de La Biblia?
Discurrir y recapacitar en relación con el versículo 1 Tesalonicenses, 2:3 es un gran aporte que nos permite a ser mejores cristianos y a aproximarnos más a Dios, esa es la razón por la cual es bueno recurrir al versículo 1 Tesalonicenses, 2:3 cada vez que pueda servirnos de guía de modo que podamos saber cómo actuar o para traer paz a nuestros corazones.