Tú no tienes ningún derecho a recibirlo, porque delante de Dios tu corazón no es recto.
No tienes tú parte ni suerte en este negocio; porque tu corazón no es recto delante de Dios.
No tienes tú parte ni suerte en este asunto, porque tu corazón no es recto delante de Dios.
No tienes tú parte ni suerte en este asunto, porque tu corazón no es recto delante de Dios.
No tienes tú parte ni suerte en este negocio; porque tu corazón no es recto delante de Dios.
No tienes tu parte ni fuerte en eſte negocio: porque tu coraçon no es recto delante de Dios.
Tú no tienes ningún derecho a recibirlo, porque delante de Dios tu corazón no es recto.
Tú no tienes ningún derecho a recibirlo, porque delante de Dios tu corazón no es recto.
No es posible que recibas ni tengas parte en este don, pues Dios ve que tus intenciones son torcidas.
No tienes parte ni suerte en este asunto, porque tu corazón no es recto delante de Dios.
No tienes arte ni parte en nuestro trabajo porque Dios sabe que tienes la mente retorcida.
No es posible que recibas ni tengas parte en este don, pues Dios ve que tus intenciones son torcidas.
Tú no puedes tener parte en esto, porque tu corazón no es recto ante Dios.
No tienes parte ni suerte en este asunto, porque tu corazón no es recto delante de Dios.
Tú no tienes parte ni derecho en esto porque tu corazón no es recto delante de Dios.
No tienes arte ni parte en este asunto, porque no eres íntegro delante de Dios.
Tú no tienes parte ni participación en este asunto, porque tu corazón no es recto delante de Dios.
Tú no tienes parte ni suerte en este asunto, porque tu corazón no es recto delante de Dios.
Tú no tienes nada que ver en este asunto, porque en tu interior no eres recto con Dios.
No tienes tú parte ni suerte en este negocio; porque tu corazón no es recto delante de Dios.
Tú no tienes parte con nosotros, pues bien sabe Dios que tus intenciones no son buenas.
Tú no tienes parte con nosotros, pues bien sabe Dios que tus intenciones no son buenas.
El versiculo Hechos, 8:21 de La Biblia consiste en algo que debemos tomar en todo momento en consideración de manera que podamos analizarlo y pensar acerca de él.Quizás sería adecuado preguntarse ¿Qué quiso decirnos Nuestro Padre Todopoderoso con el versículo Hechos, 8:21? ¿Cuáles serán las coyunturas de nuestro día a día en que tenemos la oportunidad de hacer valer aquello que hemos llegado a saber gracias al versículo Hechos, 8:21 de la Santa Biblia?
Discurrir y recapacitar en relación con el versículo Hechos, 8:21 es un gran aporte que nos permite a ser mejores personas y a aproximarnos más a Dios, ese es el motivo por el cual es conveniente servirse del versículo Hechos, 8:21 todas y cada una de las veces que precisemos que la palabra de Dios, Nuestro Señor nos indique el camino a seguir para saber en qué forma acturar o para traer la paz a nuestros corazones y almas.