También me dije a mí mismo: «Ahora voy a hacer la prueba divirtiéndome; voy a darme buena vida.» ¡Pero hasta eso resultó vana ilusión!
DIJE yo en mi corazón: Ven ahora, te probaré con alegría, y gozarás de bienes. Mas he aquí esto también era vanidad.
Dije yo en mi corazón: Ven ahora, te probaré con alegría, y gozarás de bienes. Mas he aquí esto también era vanidad.
Dije yo en mi corazón: «Vamos ahora, te probaré con el placer: gozarás de lo bueno.» Pero he aquí, esto también era vanidad.
¶ Dije yo también en mi corazón: Ven ahora, te probaré con alegría, y gozarás de bienes. Mas he aquí esto también era vanidad.
Dixe yo tambien en mi coraçon: Aora ven àca, yo tentaré en alegria. Mira en bien. Y eſto tambien era vanidad.
También me dije a mí mismo: «Ahora voy a hacer la prueba divirtiéndome; voy a darme buena vida.» ¡Pero hasta eso resultó vana ilusión!
También me dije a mí mismo: «Ahora voy a hacer la prueba divirtiéndome; voy a darme buena vida.» ¡Pero hasta eso resultó vana ilusión!
Entonces me dije a mí mismo: prueba la alegría y procura el bienestar. Pero también esto es pura ilusión.
Entonces me dije: Ven ahora, te probaré con el placer; diviértete. Y he aquí, también esto era vanidad.
Entonces me propuse esto: «Voy a divertirme y a probar los placeres y todo lo que es darse la gran vida», pero esto tampoco resultó tener sentido.
Entonces me dije a mí mismo: prueba la alegría y procura el bienestar. Pero también esto es pura ilusión.
Me dije entonces: «¡Anda, alégrate; sáciate de gozo!». Pero descubrí que esto también era vano.
Entonces me dije: «Ven ahora, te probaré con el placer; diviértete». Y resultó que también esto era vanidad.
Me dije: «Vamos, probemos los placeres. ¡Busquemos “las cosas buenas” de la vida!»; pero descubrí que eso también carecía de sentido.
Me dije entonces: «Vamos, pues, haré la prueba con los placeres y me daré la gran vida». ¡Pero aun esto resultó un absurdo!
Dije en mi corazón: ¡Ven pues, te deleitaré con el placer! ¡Prueba la felicidad! ¡Diviértete! Pero ciertamente esto también era vanidad.
Yo dije en mi corazón: “¡Ven, pues; te probaré con el placer y verás lo bueno!”. Pero he aquí que esto también era vanidad.
Pensé entonces en lo íntimo de mi ser: «¡Anda, que voy a probar lo que es la alegría! ¡Voy a disfrutar de lo bueno!» ¡Pero resultó que también esto es vanidad!
DIJE yo en mi corazón: Ven ahora, te probaré con alegría, y gozarás de bienes. Mas he aquí esto también era vanidad.
Entonces decidí ver qué de bueno ofrecen los placeres, ¡pero tampoco a esto le encontré sentido!
Entonces decidí ver qué de bueno ofrecen los placeres, ¡pero tampoco a esto le encontré sentido!
El versiculo Eclesiastés, 2:1 de La Biblia consiste en algo que nos conviene tomar continuamente en consideración para reflexionar sobre él.Tal vez deberíamos hacernos la pregunta ¿Qué trataba de decirnos el Señor con el versículo Eclesiastés, 2:1? ¿En qué momentos de nuestro día a día podemos recurrir a aquello que hemos alcanzado a saber gracias al versículo Eclesiastés, 2:1 de Las Sagradas Escrituras?
Hacer un análisis profundo en relación con el versículo Eclesiastés, 2:1 nos ayuda a ser más agradables a los ojos de el Creador del Cielo y de la Tierra y a acercarnos más a Dios, ese es el motivo por el cual es útil recurrir al versículo Eclesiastés, 2:1 cada vez que necesitemos una luz que nos guíe de modo que podamos saber cómo actuar o para traer la tranquilidad a nuestros corazones y almas.