Llegué a odiar la vida, pues todo lo que se hace en este mundo resultaba en contra mía. Realmente, todo es vana ilusión, ¡es querer atrapar el viento!
Aborrecí por tanto la vida; porque la obra que se hace debajo del sol me era fastidiosa; por cuanto todo es vanidad y aflicción de espíritu.
Aborrecí, por tanto, la vida, porque la obra que se hace debajo del sol me era fastidiosa; por cuanto todo es vanidad y aflicción de espíritu.
Por tanto, aborrecí la vida, pues la obra que se hace debajo del sol me era fastidiosa, por cuanto todo es vanidad y aflicción de espíritu.
¶ Aborrecí por tanto la vida, porque toda obra que se hace debajo del sol me era fastidiosa; por cuanto todo era vanidad y aflicción de espíritu.
Y aborreci la vida: porque toda obra que ſe hazia debaxo del Sol, me era fastidiosa porque todo era vanidad y afliciõ de eſpiritu
Llegué a odiar la vida, pues todo lo que se hace en este mundo resultaba en contra mía. Realmente, todo es vana ilusión, ¡es querer atrapar el viento!
Llegué a odiar la vida, pues todo lo que se hace en este mundo resultaba en contra mía. Realmente, todo es vana ilusión, ¡es querer atrapar el viento!
Llegué a odiar la vida, pues me disgustaba cuanto se hacía bajo el sol. Porque todo es pura ilusión y vano afán.
Y aborrecí la vida, porque me era penosa la obra que se hace bajo el sol, pues todo es vanidad y correr tras el viento.
Eso me hizo odiar la vida, me dio mucha tristeza pensar que nada de lo que se hace bajo el sol tiene mucho sentido. Es como tratar de atrapar el viento.
Llegué a odiar la vida, pues me disgustaba cuanto se hacía bajo el sol. Porque todo es pura ilusión y vano afán.
Así es que ahora detesto la vida, pues es tan irracional; todo es insensatez, ¡es correr tras el viento!
Y aborrecí la vida, porque me era penosa la obra que se hace bajo el sol, pues todo es vanidad y correr tras el viento.
Por lo tanto, llegué a odiar la vida, porque todo lo que se hace aquí, bajo el sol, es tan complicado. Nada tiene sentido, es como perseguir el viento.
Aborrecí entonces la vida, pues todo cuanto se hace en ella me resultaba repugnante. Realmente, todo es absurdo; ¡es correr tras el viento!
Aborrecí la vida, porque la obra que se hace bajo el sol me era fastidiosa, por cuanto todo es vanidad y correr tras el viento.
Entonces aborrecí la vida porque la obra que se hace debajo del sol me era fastidiosa; pues todo es vanidad y aflicción de espíritu.
Por eso aborrecí la vida, porque lo que se hace bajo el sol me resultaba chocante, pues todo es vanidad y aflicción de espíritu.
Aborrecí por tanto la vida, porque la obra que se hace debajo del sol me era fastidiosa; por cuanto todo es vanidad y aflicción de espíritu.
Como nada en este mundo me causaba alegría, terminé por aborrecer la vida. Lo cierto es que nada tiene sentido; ¡todo es como querer atrapar el viento!
Como nada en este mundo me causaba alegría, terminé por aborrecer la vida. Lo cierto es que nada tiene sentido; ¡todo es como querer atrapar el viento!
El versiculo Eclesiastés, 2:17 de La Santa Biblia consiste en algo que nos conviene tomar continuamente en cuenta a fin de analizarlo y pensar sobre él.Tal vez deberíamos hacernos la pregunta ¿Qué intentaba decirnos Dios Padre con el versículo Eclesiastés, 2:17? ¿Cuáles son las ocasiones de nuestro día a día en que podemos aprovechar aquello que hemos alcanzado a saber gracias al versículo Eclesiastés, 2:17 de la Santa Biblia?
Discurrir y recapacitar en relación con el versículo Eclesiastés, 2:17 nos supone una ayuda a ser mejores cristianos y a acercarnos más a Dios, por ese motivo es oportuno apoyarse en el versículo Eclesiastés, 2:17 siempre que nos pueda servir de guía para saber cómo proceder o para traer la paz a nuestras almas.