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Eclesiastés, 2:12

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Eclesiastés, 2:12

Después me puse a reflexionar sobre la sabiduría, la estupidez y la necedad: ¿Qué más podrá hacer el que reine después de mí, sino lo que ya antes ha sido hecho?


Después torné yo á mirar para ver la sabiduría y los desvaríos y la necedad; (porque ¿qué hombre hay que pueda seguir al rey en lo que ya hicieron?)


Después volví yo a mirar para ver la sabiduría y los desvaríos y la necedad; porque ¿qué podrá hacer el hombre que venga después del rey? Nada, sino lo que ya ha sido hecho.


Después volví a considerar la sabiduría, los desvaríos y la necedad; pues ¿qué podrá hacer el hombre que venga después de este rey? Nada, sino lo que ya ha sido hecho.


¶ Después volví yo a mirar para ver la sabiduría, y los desvaríos; y la locura (porque ¿qué hombre hay que pueda seguir al rey en lo que ya hicieron?)


¶ Despues yo torné à mirar para ver la Sabiduria, y los desuarios; y la locura: (porque que hombre ay que pueda seguir àl rey en loque ya hizieron?)


Después me puse a reflexionar sobre la sabiduría, la estupidez y la necedad: ¿Qué más podrá hacer el que reine después de mí, sino lo que ya antes ha sido hecho?


Después me puse a reflexionar sobre la sabiduría, la estupidez y la necedad: ¿Qué más podrá hacer el que reine después de mí, sino lo que ya antes ha sido hecho?


Volví a reflexionar sobre la sabiduría, la insensatez y la necedad, pues ¿qué puede hacer el sucesor del rey? Repetir lo ya hecho.


Yo volví, pues, a considerar la sabiduría, la locura y la insensatez, porque ¿qué hará el hombre que venga después del rey sino lo que ya ha sido hecho?


Luego volví a considerar la sabiduría, las estupideces y tonterías. ¿Qué más puede hacer el sucesor de un rey sino lo que ya se hizo antes?


Volví a reflexionar sobre la sabiduría, la insensatez y la necedad, pues ¿qué puede hacer el sucesor del rey? Repetir lo ya hecho.


Entonces consideré la sabiduría y la insensatez, y cualquiera llegaría a la misma conclusión que yo


Yo volví, pues, a considerar la sabiduría, la locura y la insensatez. Porque ¿qué hará el hombre que venga después del rey sino lo que ya ha sido hecho?


Entonces decidí comparar la sabiduría con la locura y la insensatez (porque, ¿quién puede hacer eso mejor que yo, que soy el rey?).


Consideré entonces la sabiduría, la necedad y la insensatez —¿qué más puede hacer el sucesor del rey, aparte de lo ya hecho?—


Después volví a considerar la sabiduría, la locura y la necedad. Porque ¿qué hará el hombre que entre como heredero del rey Que no sea lo que ya se hizo?


Después yo volví a considerar la sabiduría, la locura y la necedad. Pues, ¿qué añadirá el hombre que suceda al rey a lo que este ya hizo?.


Me puse a considerar lo que es la sabiduría, la locura y la necedad. En realidad, ¿qué puede hacer quien venga después del rey? Aparte de lo que ya se ha hecho, ¡nada!


Después torné yo á mirar para ver la sabiduría y los desvaríos y la necedad; (porque ¿qué hombre hay que pueda seguir al rey en lo que ya hicieron?)


Como yo era el nuevo rey, y no podía hacer más de lo que ya estaba hecho, me puse a pensar en lo que significa ser sabio y ser tonto.


Como yo era el nuevo rey, y no podía hacer más de lo que ya estaba hecho, me puse a pensar en lo que significa ser sabio y ser tonto.


El versiculo Eclesiastés, 2:12 de La Sagrada Biblia consiste en algo que es aconsejable tener en todo momento presente con el propósito de reflexionar acerca de él. ¿Qué quiso proponernos el Señor con el versículo Eclesiastés, 2:12? ¿Cuáles son las ocasiones de nuestro día a día en que podemos poner en práctica lo que hemos alcanzado a saber gracias al versículo Eclesiastés, 2:12 de La Sagrada Biblia?

Reflexionar en relación con el versículo Eclesiastés, 2:12 nos es de gran ayuda a ser capaces de acercarnos más al mensaje de Nuestro Señor y a avanzar en nuestro camino hacia la Gracia de Dios, por esa razón es aconsejable recurrir al versículo Eclesiastés, 2:12 todas las veces que nos pueda servir de guía de modo que podamos saber en qué forma acturar o para traer la serenidad a nuestros corazones y almas.