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Eclesiastés, 2:21

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Eclesiastés, 2:21

pues hay quien pone sabiduría, conocimientos y experiencia en su trabajo, tan solo para dejárselo todo a quien no trabajó para obtenerlo. ¡Y también esto es vana ilusión y una gran injusticia!


¡Que el hombre trabaje con sabiduría, y con ciencia, y con rectitud, y que haya de dar su hacienda á hombre que nunca trabajó en ello! También es esto vanidad y mal grande.


¡Que el hombre trabaje con sabiduría, y con ciencia y con rectitud, y que haya de dar su hacienda a hombre que nunca trabajó en ello! También es esto vanidad y mal grande.


¡Que el hombre trabaje con sabiduría, con ciencia y rectitud, y que haya de dar sus bienes a otro que nunca trabajó en ello! También es esto vanidad y un gran mal.


¡Que el hombre trabaje con sabiduría, y con ciencia, y con rectitud, y que haya de dar su hacienda a hombre que nunca trabajó en ello! También es esto vanidad y mal grande.


Que trabáje el hõbre cõ ſabiduria, y con sciencia, y cõ rectitud, y que aya de dar ſu hazienda à hombre que nunca trabajó en ello? Tambien eſto es vanidad, y gran trabajo.


pues hay quien pone sabiduría, conocimientos y experiencia en su trabajo, tan sólo para dejárselo todo a quien no trabajó para obtenerlo. ¡Y también esto es vana ilusión y una gran injusticia!


pues hay quien pone sabiduría, conocimientos y experiencia en su trabajo, tan solo para dejárselo todo a quien no trabajó para obtenerlo. ¡Y también esto es vana ilusión y una gran injusticia!


Porque a menudo quien trabaja con sabiduría, ciencia y eficacia tiene que dejar su recompensa a quien no la ha trabajado. ¡También esto es ilusión y gran desgracia!


Cuando hay un hombre que ha trabajado con sabiduría, con conocimiento y con destreza, y da su hacienda al que no ha trabajado en ella, esto también es vanidad y un gran mal.


porque uno trabaja con sabiduría, entendimiento y dedicación para finalmente dejárselo al que no trabajó para conseguirlo. Eso está muy mal y no tiene sentido.


Porque a menudo quien trabaja con sabiduría, ciencia y eficacia tiene que dejar su recompensa a quien no la ha trabajado. ¡También esto es ilusión y gran desgracia!


Desesperado, abandoné entonces el trabajo arduo, como respuesta a mi búsqueda de satisfacción. Pues hay quienes pasan la vida en busca de sabiduría, conocimientos y habilidad, para luego dejárselo tod


Cuando hay un hombre que ha trabajado con sabiduría, con conocimiento y con destreza, y da su hacienda al que no ha trabajado en ella, esto también es vanidad y un mal muy grande.


Algunas personas trabajan con sabiduría, conocimiento y destreza, pero luego tienen que dejarle el fruto de su labor a alguien que no ha trabajado para conseguirlo. Eso tampoco tiene sentido, es una g


pues hay quienes ponen a trabajar su sabiduría y sus conocimientos y experiencia, para luego entregarle todos sus bienes a quien jamás movió un dedo. ¡Y también esto es absurdo, y un mal enorme!


¡Que un hombre que trabajó con sabiduría, conocimiento y destreza, y deje su legado a otro que no trabajó por ello! ¡Esto también es vanidad y grande mal!


Porque se da el caso del hombre que habiéndose afanado con sabiduría, con conocimiento y con talento, deja sus bienes a otro hombre que jamás se afanó en ello. También esto es vanidad y un mal grande.


¿Tiene uno que dedicar sabiduría, conocimientos y rectitud, para luego dejarle el fruto de su trabajo a quien nunca se lo ganó? ¡Eso también es vanidad, y un mal muy grande!


Que el hombre trabaje con sabiduría, y con ciencia, y con rectitud, y que haya de dar su hacienda á hombre que nunca trabajó en ello! También es esto vanidad y mal grande.


Resulta que algunos ponemos a trabajar nuestra sabiduría, nuestros conocimientos y experiencia, ¡tan solo para dejarle todos nuestros bienes a quien nunca hizo nada para ganárselos! ¡Eso está muy mal,


Resulta que algunos ponemos a trabajar nuestra sabiduría, nuestros conocimientos y experiencia, ¡tan solo para dejarle todos nuestros bienes a quien nunca hizo nada para ganárselos! ¡Eso está muy mal,


Es muy recomendable tomar continuamente en consideración el versículo Eclesiastés, 2:21 de La Santa Biblia a fin de reflexionar sobre él.Probablemente sería adecuado preguntarse ¿Qué quiso proponernos el Señor con el versículo Eclesiastés, 2:21? ¿Cuáles son las ocasiones de nuestro día a día en que tenemos la oportunidad de hacer valer lo que aprendemos gracias al versículo Eclesiastés, 2:21 de la Santa Biblia?

Meditar sobre el versículo Eclesiastés, 2:21 nos resulta fundamental para llegar a a ser más agradables a los ojos de el Creador del Cielo y de la Tierra y a avanzar en nuestro camino hacia la Gracia de Dios, por eso es conveniente acudir al versículo Eclesiastés, 2:21 cada vez que necesitemos una luz que nos guíe y así saber qué pasos dar o para traer la paz a nuestros corazones y almas.