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Ezequiel, 40:1

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Ezequiel, 40:1

El día diez del mes, que es el día de año nuevo, el Señor puso su mano sobre mí, y en una visión me trasladó a la tierra de Israel. Ya iban a cumplirse veinticinco años desde que habíamos sido llevado


EN el año veinticinco de nuestro cautiverio, al principio del año, á los diez del mes, a los catorce años después que la ciudad fué herida, en aquel mismo día fué sobre mí la mano de Jehová, y llevóme


En el año veinticinco de nuestro cautiverio, al principio del año, a los diez días del mes, a los catorce años después que la ciudad fue conquistada, en aquel mismo día vino sobre mí la mano de Jehová


En el año veinticinco de nuestro cautiverio, al principio del año, a los diez días del mes, a los catorce años después que la ciudad fue conquistada, aquel mismo día vino sobre mí la mano de Jehová, y


En el año veinticinco de nuestro cautiverio, al principio del año, a los diez del mes, a los catorce años después que la ciudad fue herida, en aquel mismo día fue sobre mí la mano del SEÑOR, y me llev


Enel año veynte y cinco de nuestro captiuerio àl principio del año, àlos diez delmes, àlos catorze años deſpues que la Ciudad fue herida, enaquel mismo dia, fue ſobre mi la mano de Iehoua, y lleuome a


El día diez del mes, que es el día de año nuevo, el Señor puso su mano sobre mí, y en una visión me trasladó a la tierra de Israel. Ya iban a cumplirse veinticinco años desde que habíamos sido llevado


El día diez del mes, que es el día de año nuevo, el Señor puso su mano sobre mí, y en una visión me trasladó a la tierra de Israel. Ya iban a cumplirse veinticinco años desde que habíamos sido llevado


El año vigésimo quinto de nuestra deportación, al comienzo del año, el día diez del mes, el año décimo cuarto después de que la ciudad fuese destruida, ese mismo día sentí sobre mí la mano del Señor,


En el año veinticinco de nuestro destierro, al principio del año, a los diez días del mes, catorce años después de haber sido tomada la ciudad, en aquel mismo día vino sobre mí la mano del SEÑOR, y me


El día diez del primer mes del año 25 de nuestro exilio, es decir el año décimo cuarto después de que Jerusalén fue derrotada, el SEÑOR se apoderó de mí y me llevó a Jerusalén.


El año vigésimo quinto de nuestra deportación, al comienzo del año, el día diez del mes, el año décimo cuarto después de que la ciudad fuese destruida, ese mismo día sentí sobre mí la mano del Señor,


A principios de abril del vigésimo quinto año de nuestro exilio, el decimocuarto año después de que Jerusalén fue capturada, la mano del SEÑOR vino sobre mí


En el año veinticinco de nuestro destierro, al principio del año, a los diez días del mes, catorce años después de haber sido tomada la ciudad, en aquel mismo día vino sobre mí la mano del SEÑOR, y me


El 28 de abril, durante el año veinticinco de nuestra cautividad —catorce años después de la caída de Jerusalén—, el SEÑOR puso su mano sobre mí.


En el año veinticinco de nuestro exilio, al comienzo del año, el día diez del mes, catorce años después de la caída de la ciudad; ese mismo día la mano del SEÑOR vino sobre mí y me llevó allá.


El año vigésimo quinto de nuestro cautiverio, al principio del año, el día décimo del mes, 14 años después que la ciudad fue capturada, aquel mismo día la mano de YAVÉ vino sobre mí y me llevó allá.


En el año veinticinco de nuestra cautividad, al comienzo del año, en el día diez del mes primero, catorce años después que había caído Jerusalén, en ese mismo día vino sobre mí la mano del SEÑOR y me


Comenzaba el año veinticinco de nuestro cautiverio cuando la mano del Señor se posó sobre mí y me llevó a la ciudad de Jerusalén. Era el día diez del primer mes, y habían pasado catorce años desde que


EN el año veinticinco de nuestro cautiverio, al principio del año, á los diez del mes, á los catorce años después que la ciudad fué herida, en aquel mismo día fué sobre mí la mano de Jehová, y llevóme


Habían pasado veinticinco años desde que llegamos presos a Babilonia, y catorce años desde la destrucción de Jerusalén. El día diez del mes de Abib, al comenzar el año, Dios me llenó de su poder y me


Habían pasado veinticinco años desde que llegamos presos a Babilonia, y catorce años desde la destrucción de Jerusalén. El día diez del mes de Abib, al comenzar el año, Dios me llenó de su poder y me


Es conveniente tener siempre presente el versículo Ezequiel, 40:1 de La Sagrada Biblia para reflexionar acerca de él.Seguramente deberíamos preguntarnos ¿Qué trataba de manifestarnos Dios Padre con el versículo Ezequiel, 40:1? ¿Cuáles serán las coyunturas de nuestro día a día en que tenemos la oportunidad de hacer valer lo que hemos aprendido gracias al versículo Ezequiel, 40:1 de la Santa Biblia?

Reflexionar acerca de el versículo Ezequiel, 40:1 nos ayuda a ser mejores personas y a aproximarnos más a Dios, esa es la razón por la cual es aconsejable recurrir al versículo Ezequiel, 40:1 cada vez que necesitemos una luz que nos guíe de modo que podamos saber en qué forma acturar o para traer la tranquilidad a nuestros corazones.