tú escuchas mi voz, y no dejas de atender a mis ruegos.
Oiste mi voz; no escondas tu oído á mi clamor, para mi respiro
Oíste mi voz; no escondas tu oído al clamor de mis suspiros.
y oíste mi voz. ¡No escondas tu oído del clamor de mis suspiros!
Oíste mi voz; no escondas tu oído a mi clamor, para mi respiro.
Kuph Oyste mi boz, no escondas tu oreja àmi clamor, para que yo respire.
tú escuchas mi voz, y no dejas de atender a mis ruegos.
tú escuchas mi voz, y no dejas de atender a mis ruegos.
¡Escucha mi voz, no cierres tu oído al grito de auxilio!
Tú oíste mi voz: No escondas tu oído a mi clamor, a mi grito de auxilio.
Te ruego que escuches mi voz y no te tapes los oídos ante mi oración.
¡Escucha mi voz, no cierres tu oído al grito de auxilio!
y atendiste mi petición! ¡Escuchaste mis oraciones, fuiste sensible a mi llanto!
Tú oíste mi voz: «No escondas Tu oído a mi clamor, a mi grito de auxilio».
Me oíste cuando clamé: «¡Escucha mi ruego! ¡Oye mi grito de socorro!».
y tú escuchaste mi plegaria: «No cierres tus oídos a mi clamor de alivio».
Oíste mi voz: No cierres tu oído A mi suspiro, a mi clamor.
Mi voz has oído: ‘¡No escondas tu oído cuando clamo por alivio!’.
y tú oíste mi voz; no cerraste tus oídos al clamor de mis suspiros
Oiste mi voz; no escondas tu oído á mi clamor, para mi respiro
y tú atendiste mis ruegos; ¡escuchaste mi oración!
y tú atendiste mis ruegos; ¡escuchaste mi oración!
Nos conviene tener continuamente presente el versículo Lamentaciones, 3:56 de los Textos Sagrados que componen la Biblia con el fin de analizarlo y pensar acerca de él.Probablemente sería bueno preguntarse ¿Qué intentaba proponernos Nuestro Padre Todopoderoso con el versículo Lamentaciones, 3:56? ¿En qué momentos de nuestra vida cotidiana tenemos la oportunidad de hacer valer lo que aprendemos gracias al versículo Lamentaciones, 3:56 de La Sagrada Biblia?
El hecho de reflexionar sobre el versículo Lamentaciones, 3:56 nos ayuda a ser más agradables a los ojos de el Creador del Cielo y de la Tierra y a avanzar en nuestro camino hacia la Gracia de Dios, ese es el motivo por el cual es oportuno servirse del versículo Lamentaciones, 3:56 todas las veces que pueda servirnos de guía y así saber en qué forma acturar o para traer la paz a nuestro espíritu.