Tú me defiendes, Señor, en mi lucha, tú rescatas mi vida.
Abogaste, Señor, la causa de mi alma; redimiste mi vida.
Abogaste, Señor, la causa de mi alma; redimiste mi vida.
Abogaste, Señor, la causa de mi alma, redimiste mi vida.
Abogaste, Señor, la causa de mi alma; redimiste mi vida.
Res Pleyteaste Señor la cauſa de mi anima, redemiste mi vida.
Tú me defiendes, Señor, en mi lucha, tú rescatas mi vida.
Tú me defiendes, Señor, en mi lucha, tú rescatas mi vida.
Me has defendido, Dios mío, y me has salvado la vida.
Tú has defendido, oh Señor, la causa de mi alma, tú has redimido mi vida.
Señor, defiende mi causa y devuélveme la vida.
Me has defendido, Dios mío, y me has salvado la vida.
¡Oh SEÑOR, tú eres mi defensor! ¡Defendiste mi causa, pues tú has librado mi vida de la muerte!
Tú has defendido, oh Señor, la causa de mi alma, Tú has redimido mi vida.
Señor, has venido a defenderme; has redimido mi vida.
Tú, Señor, te pusiste de mi parte; tú redimiste mi vida.
Oh ʼADONAY, Tú defendiste la causa de mi vida. Tú redimiste mi vida.
“Tú has abogado, oh SEÑOR, por la causa de mi alma; has redimido mi vida.
Tú, Señor, me defendiste; me salvaste la vida.
Abogaste, Señor, la causa de mi alma; redimiste mi vida.
N o me negaste tu ayuda, sino que me salvaste la vida.
N o me negaste tu ayuda, sino que me salvaste la vida.
El versiculo Lamentaciones, 3:58 de los Textos Sagrados que componen la Biblia es algo que deberíamos tener continuamente presente con el propósito de reflexionar en torno a él.Seguramente deberíamos preguntarnos ¿Qué quiso manifestarnos Nuestro Padre que está en los Cielos con el versículo Lamentaciones, 3:58? ¿Cuáles serán las coyunturas de nuestra vida diaria en que podemos llevar a la práctica aquello que aprendemos gracias al versículo Lamentaciones, 3:58 de Las Sagradas Escrituras?
Discurrir y recapacitar en relación con el versículo Lamentaciones, 3:58 nos supone una ayuda a ser mejores personas y a avanzar en nuestro camino hacia la Gracia de Dios, ese es el motivo por el cual es útil apoyarse en el versículo Lamentaciones, 3:58 cuando creamos que pueda servirnos de guía de modo que podamos saber qué pasos dar o para traer paz a nuestro espíritu.