y no los ataquen, pues yo no les daré a ustedes ni una sola parte de ese país, porque las montañas de Seír son propiedad de los descendientes de Esaú. Yo se las di a ellos.
No os metáis con ellos; que no os daré de su tierra ni aun la holladura de la planta de un pie; porque yo he dado por heredad á Esaú el monte de Seir.
No os metáis con ellos, porque no os daré de su tierra ni aun lo que cubre la planta de un pie; porque yo he dado por heredad a Esaú el monte de Seir.
No os metáis con ellos, pues no os daré de su tierra ni aun lo que cubre la planta de un pie, porque yo he dado como heredad a Esaú los montes de Seir.
no os busquéis pelea con ellos; que no os daré de su tierra ni aun la holladura de la planta de un pie; porque yo he dado por heredad a Esaú el monte de Seir.
No os reboluays con ellos, que no os daré de ſu tierra ni aun vna holladura de vna planta de vn pie: porque yo hedado por heredad à Esau el monte de Seir.
y no los ataquen, pues yo no les daré a ustedes ni una sola parte de ese país, porque las montañas de Seír son propiedad de los descendientes de Esaú. Yo se las di a ellos.
y no los ataquen, pues yo no les daré a ustedes ni una sola parte de ese país, porque las montañas de Seír son propiedad de los descendientes de Esaú. Yo se las di a ellos.
y no los provoquen, pues yo no les daré nada de su territorio, ni siquiera el espacio donde posar la planta del pie, pues la montaña de Seír se la di en posesión a Esaú.
no los provoquéis, porque nada de su tierra os daré, ni siquiera la huella de un pie, porque a Esaú he dado el monte Seir por posesión.
No los provoquen porque yo no les daré ni un palmo de tierra de ellos, porque yo le di a Esaú la región montañosa de Seír como su propiedad.
y no los provoquen, pues yo no les daré nada de su territorio, ni siquiera el espacio donde posar la planta del pie, pues la montaña de Seír se la di en posesión a Esaú.
No presenten batalla. Yo les he dado a ellos el monte Seír como posesión permanente, y no les daré a ustedes nada que les pertenezca a ellos.
no los provoquen, porque no les daré nada de su tierra, ni siquiera la huella de un pie, porque a Esaú he dado el monte Seir por posesión.
No los molesten, porque yo les he dado como propiedad toda la zona montañosa que rodea el monte Seir, y a ustedes no les daré ni un metro cuadrado de esa tierra.
no peleen con ellos, porque no les daré a ustedes ninguna porción de su territorio, ni siquiera el lugar donde ustedes planten el pie. A Esaú le he dado por herencia la región montañosa de Seír.
No los provoquen, porque de su tierra no les daré ni 30 centímetros, porque a Esaú dí como heredad la montaña de Seír.
no contiendan con ellos. Yo no les daré de su tierra ni aun la huella de la planta de un pie, porque he dado a Esaú como posesión la región montañosa de Seír.
No se metan con ellos, porque yo no les voy a dar de su tierra ni siquiera lo que alcancen a cubrir con un pie. A Esaú le he dado en propiedad el monte de Seír.
No os metáis con ellos; que no os daré de su tierra ni aun la holladura de la planta de un pie; porque yo he dado por heredad á Esaú el monte de Seir.
pero a nuestro Dios le pareció que habíamos estado allí demasiado tiempo, y nos ordenó ir hacia el norte. »Antes nos advirtió que, al pasar por la región de Seír, no atacáramos a los descendientes de
pero a nuestro Dios le pareció que habíamos estado allí demasiado tiempo, y nos ordenó ir hacia el norte. »Antes nos advirtió que, al pasar por la región de Seír, no atacáramos a los descendientes de
El versiculo Deuteronomio, 2:5 de La Sagrada Biblia es algo que deberíamos tomar siempre en consideración con el propósito de hacer una reflexión en torno a él.Probablemente sería adecuado preguntarse ¿Qué trataba de manifestarnos Dios Padre con el versículo Deuteronomio, 2:5? ¿En qué momentos de nuestra vida diaria tenemos la oportunidad de recurrir a lo que hemos aprendido gracias al versículo Deuteronomio, 2:5 de Las Sagradas Escrituras?
El hecho de reflexionar en torno a lo que se refiere el versículo Deuteronomio, 2:5 nos supone una ayuda a ser capaces de acercarnos más al mensaje de Nuestro Señor y a elevar nuestra alma hacia Dios, esa es la cuestión por la cual es conveniente recurrir al versículo Deuteronomio, 2:5 cada vez que nos pueda servir de guía para saber en qué forma acturar o para traer paz a nuestro espíritu.