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Jeremías, 2:27

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Jeremías, 2:27

pues a un árbol le dicen: “Tú eres mi padre”, y a una piedra: “Tú eres mi madre.” A mí, en cambio, me dan la espalda y no la cara. Sin embargo, apenas se ven en peligro, me dicen: “¡Ven a salvarnos!”


Que dicen al leño: Mi padre eres tú; y á la piedra: Tú me has engendrado: pues me volvieron la cerviz, y no el rostro; y en el tiempo de su trabajo dicen: Levántate, y líbranos.


que dicen a un leño: Mi padre eres tú; y a una piedra: Tú me has engendrado. Porque me volvieron la cerviz, y no el rostro; y en el tiempo de su calamidad dicen: Levántate, y líbranos.


que dicen a un leño: “Mi padre eres tú”, y a una piedra: “Tú me has engendrado.” Me volvieron la espalda y no el rostro, pero en el tiempo de su calamidad dicen: “¡Levántate y líbranos!”


que dicen al leño: Mi padre eres tú; y a la piedra: Tú me has engendrado; pues me volvieron la cerviz, y no el rostro; y en el tiempo de su trabajo dicen: Levántate, y líbranos.


Diziendo àl leño, Mi padre eres tu: y à la piedra, Tu me has engẽdrado. Que me boluierõ la ceruiz y no el rostro: y enel tiẽpo de ſu trabajo dizẽ, Leuãtate y libranos.


pues a un árbol le dicen: “Tú eres mi padre”, y a una piedra: “Tú eres mi madre.” A mí, en cambio, me dan la espalda y no la cara. Sin embargo, apenas se ven en peligro, me dicen: “¡Ven a salvarnos!”


pues a un árbol le dicen: “Tú eres mi padre”, y a una piedra: “Tú eres mi madre.” A mí, en cambio, me dan la espalda y no la cara. Sin embargo, apenas se ven en peligro, me dicen: “¡Ven a salvarnos!”


los que dicen a un leño: “Tú eres mi padre”, y a un trozo de piedra: “Tú me has parido”. Me vuelven la espalda, sin mirarme; mas llega el desastre y me dicen: “Ven, sálvanos”.


los que dicen al leño: «Mi padre eres tú», y a la piedra: «Tú me engendraste». Porque ellos me han vuelto las espaldas, y no el rostro; pero en el tiempo de su calamidad dirán: «Levántate y sálvanos».


Es que a un árbol le dicen: “Tú eres mi padre”; y a una piedra le dicen: “Tú eres mi madre”. Me dieron la espalda, no me dan la cara; pero cuando estaban sufriendo me dijeron: “Levántate y sálvanos”.


los que dicen a un leño: «Tú eres mi padre», y a un trozo de piedra: «Tú me has parido». Me vuelven la espalda, sin mirarme; mas llega el desastre y me dicen: «Ven, sálvanos».


Como el ladrón, la única vergüenza que Israel conoce es que lo atrapen. Reyes, príncipes, sacerdotes y profetas, en esto son iguales. A un poste labrado lo llaman padre suyo, y tienen por madre un ído


Son los que dicen al leño: “Mi padre eres tú”, Y a la piedra: “Tú me engendraste”. Porque ellos me han dado las espaldas, Y no el rostro; Pero en el tiempo de su calamidad dirán: “Levántate y sálvanos


A una imagen tallada en un trozo de madera le dicen: “Tú eres mi padre”. A un ídolo esculpido en un bloque de piedra le dicen: “Tú eres mi madre”. Me dan la espalda, pero durante tiempos difíciles me


A un trozo de madera le dicen: “Tú eres mi padre”, y a una piedra le repiten: “Tú me has dado a luz”. Me han vuelto la espalda; no quieren darme la cara. Pero les llega la desgracia y me dicen: “¡Levá


los que dicen al leño: ¡Tú eres mi padre! Y a la piedra: ¡Tú me diste a luz! Ciertamente me dieron la espalda y no la cara, pero en el tiempo de su angustia me dicen: ¡Levántate y líbranos!


los que dicen a un árbol: ‘Tú eres mi padre’, y a una piedra: ‘Tú me has dado a luz’. “Ciertamente me han dado las espaldas y no la cara, pero en el tiempo de su angustia dicen: ‘¡Levántate y líbranos


Porque a un pedazo de madera le dicen: “Tú eres mi padre”, y a una piedra: “Tú me has engendrado”. Porque me han dado la espalda, y no la cara. Pero cuando están en problemas, me dicen: “¡Levántate, y


Que dicen al leño: Mi padre eres tú; y á la piedra: Tú me has engendrado: pues me volvieron la cerviz, y no el rostro; y en el tiempo de su trabajo dicen: Levántate, y líbranos.


”Ustedes, israelitas, llaman ‘padre’ a un pedazo de madera; ¡llaman ‘madre’ a una piedra! Me dan la espalda y no me miran a la cara, pero en cuanto están en peligro gritan pidiéndome ayuda.


”Ustedes, israelitas, llaman ‘padre’ a un pedazo de madera; ¡llaman ‘madre’ a una piedra! Me dan la espalda y no me miran a la cara, pero en cuanto están en peligro gritan pidiéndome ayuda.


El versiculo Jeremías, 2:27 de La Biblia es algo que es aconsejable tomar siempre en cuenta con el objetivo de reflexionar en torno a él.Seguramente sería adecuado preguntarse ¿Qué quiso decirnos Nuestro Padre Todopoderoso con el versículo Jeremías, 2:27? ¿En qué ocasiones de nuestra vida cotidiana tenemos la oportunidad de recurrir a lo que hemos alcanzado a saber gracias al versículo Jeremías, 2:27 de La Sagrada Biblia?

Hacer un análisis profundo en relación con el versículo Jeremías, 2:27 nos ayuda a ser mejores cristianos y a avanzar en nuestro camino hacia la Gracia de Dios, esa es la razón por la cual es oportuno recurrir al versículo Jeremías, 2:27 en todas aquellas ocasiones en que pueda servirnos de guía para saber qué pasos dar o para traer la serenidad a nuestras almas.