Ellos se pusieron muy tristes, y comenzaron a preguntarle uno tras otro: —Señor, ¿acaso seré yo?
Y entristecidos ellos en gran manera, comenzó cada uno de ellos á decirle: ¿Soy yo, Señor?
Y entristecidos en gran manera, comenzó cada uno de ellos a decirle: ¿Soy yo, Señor?
Entristecidos en gran manera, comenzó cada uno de ellos a preguntarle: —¿Soy yo, Señor?
Y entristecidos ellos en gran manera, comenzó cada uno de ellos a decirle: ¿Soy yo, Señor?
Y ellos entristecidos en gran manera, començó cada vno deellos à dezir, Soy yo Señor?
Ellos se pusieron muy tristes, y comenzaron a preguntarle uno tras otro: —Señor, ¿acaso seré yo?
Ellos se pusieron muy tristes, y comenzaron a preguntarle uno tras otro: —Señor, ¿acaso seré yo?
Los discípulos, muy tristes, comenzaron a preguntarle uno tras otro: — ¿Acaso seré yo, Señor?
Y ellos, profundamente entristecidos, comenzaron a decirle uno por uno: ¿Acaso soy yo, Señor?
Ellos estaban muy tristes y cada uno empezó a preguntarle: —Señor, ese no seré yo, ¿verdad?
Los discípulos, muy tristes, comenzaron a preguntarle uno tras otro: —¿Acaso seré yo, Señor?
Entristecidos, cada uno de los discípulos le fue preguntando: ―¿Seré yo, Señor?
Ellos, profundamente entristecidos, comenzaron a decir uno por uno: «¿Acaso soy yo, Señor?».
Ellos, muy afligidos, le preguntaron uno por uno: —¿Seré yo, Señor?
Ellos se entristecieron mucho, y uno por uno comenzaron a preguntarle: —¿Acaso seré yo, Señor?
Ellos, profundamente entristecidos, comenzaron a preguntarle, uno por uno: ¿Soy yo, Señor?
Entristecidos en gran manera, comenzaron a preguntarle uno por uno: —¿Acaso seré yo, Señor?
Ellos se pusieron muy tristes, y cada uno comenzó a preguntarle: «¿Soy yo, Señor?»
Y entristecidos ellos en gran manera, comenzó cada uno de ellos á decirle: ¿Soy yo, Señor?
Los discípulos se pusieron muy tristes, y cada uno de ellos le dijo: —Señor, no estarás acusándome a mí, ¿verdad?
Los discípulos se pusieron muy tristes, y cada uno de ellos le dijo: —Señor, no estarás acusándome a mí, ¿verdad?
Nos conviene tener continuamente presente el versículo San Mateo, 26:22 de La Sagrada Biblia con la finalidad de reflexionar sobre él.Quizás sería adecuado preguntarse ¿Qué pretendía proponernos Dios Nuestro Señor con el versículo San Mateo, 26:22? ¿Cuáles serán las coyunturas de nuestro día a día en que seremos capaces de recurrir a aquello que aprendemos gracias al versículo San Mateo, 26:22 de Las Sagradas Escrituras?
Meditar en relación con el versículo San Mateo, 26:22 nos es de gran ayuda a ser mejores personas y a elevar nuestra alma hacia Dios, ese es el motivo por el cual es oportuno apoyarse en el versículo San Mateo, 26:22 siempre que necesitemos una luz que nos guíe de modo que podamos saber cómo actuar o para traer la paz a nuestros corazones y almas.