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San Mateo, 26:68

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San Mateo, 26:68

diciéndole: —Tú que eres el Mesías, ¡adivina quién te pegó!


Diciendo: Profetízanos tú, Cristo, quién es el que te ha herido.


diciendo: Profetízanos, Cristo, quién es el que te golpeó.


diciendo: —Profetízanos, Cristo, quién es el que te golpeó.


diciendo: Profetízanos, oh Cristo, quién es el que te ha herido.


Diziendo, Prophetizanos, ò Chriſto, quien es el que te hà herido.


diciéndole: —Tú que eres el Mesías, ¡adivina quién te pegó!


diciéndole: —Tú que eres el Mesías, ¡adivina quién te pegó!


diciendo: — ¡Adivina, Mesías, quién te ha pegado!


diciendo: Adivina, Cristo, ¿quién es el que te ha golpeado?


y decían: —¡Demuéstranos que eres profeta, Mesías, dinos quién te pegó!


diciendo: —¡Adivina, Mesías, quién te ha pegado!


―A ver, Mesías, ¡profetiza! —se burlaban—. ¿Quién te acaba de golpear?


y le decían: «Adivina, Cristo, ¿quién es el que te ha golpeado?».


y se burlaban: «¡Profetízanos, Mesías! ¿Quién te golpeó esta vez?».


y decían: —A ver, Cristo, ¡adivina quién te pegó!


y decían: ¡Profetízanos, Cristo! ¿Quién es el que te golpeó?


diciendo: —¡ Profetízanos, Cristo! ¿Quién es el que te golpeó?


y decían: «¡Profetízanos, Cristo; dinos quién te golpeó!»


Diciendo: Profetízanos tú, Cristo, quién es el que te ha herido.


y le decían: «Mesías, ¡adivina quién te pegó!»


y le decían: «Mesías, ¡adivina quién te pegó!»


El versiculo San Mateo, 26:68 de La Biblia es algo que nos conviene tomar siempre en cuenta con el fin de reflexionar en torno a él.Tal vez sería bueno preguntarse ¿Qué pretendía proponernos Dios, Creador del Cielo y de la Tierra con el versículo San Mateo, 26:68? ¿Cuáles serán las coyunturas de nuestra vida diaria en que podemos poner en práctica aquello que hemos aprendido gracias al versículo San Mateo, 26:68 de Las Sagradas Escrituras?

Discurrir y recapacitar sobre el versículo San Mateo, 26:68 es un gran aporte que nos permite a ser capaces de acercarnos más al mensaje de Nuestro Señor y a aproximarnos más a Dios, por esa razón es aconsejable recurrir al versículo San Mateo, 26:68 todas las veces que nos pueda servir de guía de modo que podamos saber en qué forma acturar o para traer la tranquilidad a nuestros corazones y almas.