<

Salmos, 18:23

>

Salmos, 18:23

23 (24) Me he conducido ante él sin tacha alguna; me he alejado de la maldad.


Y fuí integro para con él, y cauteléme de mi maldad.


Fui recto para con él, y me he guardado de mi maldad


Fui recto para con él y me he guardado de hacer lo malo


Y fui perfecto para con él, y me he guardado de mi iniquidad.


Porque todossus juyzios estuuieron delante demi: y no eché demi ſus estatutos.


Yo tengo presentes todos sus decretos; ¡jamás he rechazado sus leyes!


23 (24) Me he conducido ante él sin tacha alguna; me he alejado de la maldad.


tengo presentes todos tus mandatos, no me alejo de sus normas


También fui íntegro para con Él, y me guardé de mi iniquidad.


He sido siempre honesto con él y me he mantenido apartado del mal.


he sido recto con él, me he apartado del pecado.


Hice cuanto pude por guardarlas todas, y me abstuve de hacer el mal.


También fui íntegro para con Él, Y me guardé de mi iniquidad.


Soy intachable delante de Dios; me he abstenido del pecado.


He sido íntegro con él y me he abstenido de pecar.


También fui irreprensible ante Él Y me guardé de cometer iniquidad.


Fui íntegro para con él y me guardé de mi maldad.


Con él me he conducido rectamente, y me he alejado de la maldad


Y fuí integro para con él, y cauteléme de mi maldad.


23 (24) He sido honesto contigo y no he hecho nada malo.


23 (24) He sido honesto contigo y no he hecho nada malo.


Es conveniente tener siempre presente el versículo Salmos, 18:23 de La Sagrada Biblia con el objetivo de reflexionar en torno a él.Tal vez deberíamos preguntarnos ¿Qué quiso proponernos Nuestro Padre Todopoderoso con el versículo Salmos, 18:23? ¿En qué coyunturas de nuestra vida diaria podemos aprovechar aquello que hemos llegado a saber gracias al versículo Salmos, 18:23 de Las Sagradas Escrituras?

El hecho de reflexionar en torno a lo que se refiere el versículo Salmos, 18:23 es un gran aporte que nos permite a ser capaces de acercarnos más al mensaje de Nuestro Señor y a avanzar en nuestro camino hacia la Gracia de Dios, por esa cuestión es bueno acudir al versículo Salmos, 18:23 cuando creamos que necesitemos palabras que nos inspiren y guíen y así saber cómo proceder o para traer la serenidad a nuestros corazones y almas.